Dicho y EscritoSociedad

LOS LIBROS SON OBJETOS MISTERIOSOS

A veces pareciera que una tapa nos está mirando; nos abalanzamos apasionadamente sobre algún ejemplar como si hubiéramos encontrado algún tesoro. Los libros son objetos misteriosos.

Los libros son objetos misteriosos.

El libro en papel tiene una presencia concreta que podemos agarrar, o leer, palpar; su color, su tamaño, su diseño, en una palabra su imagen forma parte del placer de leer.

Los libros son objetos misteriosos
Los libros son objetos misteriosos

El placer de leer se hace patente cuando leemos en la cama. El aislamiento, la introspección y el silencio estimulan todas las facultades que el ejercicio de la lectura requiere: la imaginación, la capacidad asociativa, la inteligencia; pero ante todo la atención, porque tal vez la lectura sea una forma privilegiada de la atención.

Y el arte de la atención implica suprimir el ruido interno, dejar la cabeza disponible, serena y enfocada únicamente al encuentro con el texto.

La relación con un libro, tal vez se trate de una de las relaciones más profundas que se pueda entablar con un objeto, puesto que de algún modo es uno mismo quien lo habita.

Muchas veces ocurre que nos sentimos llevados a escribir por primera vez como una forma de reconocer y responder a los libros que habíamos leído y que nos produjeron una sorpresa semejante al del hallazgo de un tesoro enterrado; esa sensación de ensanchamiento de horizontes y de liberación que provoca un descubrimiento que es a la vez el descubrimiento de uno mismo.

Florencia Abbate

Revista Ñ, n° 484

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *