LA CONTEMPLACIÓN DE LA NATURALEZA
En la filosofía antigua, lo que da sentido y valor a la vida humana es la contemplación de la naturaleza, y gracias a esta contemplación, cada día es una fiesta para el hombre de bien.
La contemplación de la naturaleza.
El estoico es consciente de estar a cada instante en contacto con el universo.
Ver las cosas tal cual son en sí mismas, situándolas en la inmesidad del Universo, en la totalidad de la Naturaleza, modifica nuestros juicios de valor sobre ellas.
Para el filósofo que recorre toda la extensión de lo real, todos los asuntos humanos son mezquindad y nada.
Tomar conciencia de sí mismo ya sea en el movimiento de concentración hacia Uno o en la expansión hacia el Todo, es tomar consciencia de no ser un gran Yo, sino un punto entre múltiples puntos.