Vida y muerte. El tiempo lineal
El tiempo de la Modernidad no es circular; es un tiempo lineal.
La noción del tiempo lineal es una de las creaciones más originales de la tradición judeocristiana, donde surge la creencia de que la historia ocurre una sola vez y que por lo tanto los hechos históricos son irreversibles y la vida de los hombres es una sola vida que puede alcanzar la inmortalidad si supera su caída mediante la redención del alma.
Hay una sola vida del alma, hay una sola historia, hay un solo universo; no hay eternos universos que se repiten.
La historia es única e irreversible. La historia es lineal, es un desarrollo evolutivo desde la caída hasta la posibilidad de la redención y el juicio final; no hay posibilidad de repetir el pasado, no hay posibilidad de que el futuro sea el lugar de repetición del comienzo y por lo tanto de rehacer o generar la vida.
Esta visión de un tiempo lineal, de una historia única que tiene un comienzo y un final, marca en la modernidad el enorme peso del tiempo y de la historia en la vida de los hombres.
Mircea Eliade plantea que el peligro del concepto moderno del tiempo lineal es que el hombre quede atrapado dentro de la historia, no pueda superar la angustia de sentir que los hechos ocurren una sola vez y que la insignificancia de lo ya vivido no puede ser superada por la posibilidad de revivir o rehacer el pasado de otra manera.
El hombre moderno vive en la cárcel de la historia, expuesto a la angustia del sinsentido por la imposibilidad de trascender su propio presente.
Vivir en el tiempo del eterno retorno donde todo puede volver al comienzo, donde se puede recuperar el origen, rehacer o generar la vida, es una forma de superar la angustia, mitigar el vacío de su época y encontrar otros caminos que lo lleven a construir otra vida, otra versión de sí mismo.
Por Lic. Susana Stacco Leer también: Vida, muerte, vida. El tiempo circular
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