Basta un simple adiós
En el minuto pendiente de tu partida,
Cuando tus ojos anunciaron el adiós,
Descubrí en tus labios la poesía,
Que mi rezo abrazó como un favor.
¡Ay de los ríos que recogen tus lamentos!
Son tantos que dibujan todo un mar,
Por las noches navego esperanzado,
Te voy buscando entre el cielo y el altar.
Por Martin Guida gmartin049@gmail.com