EL ETERNO RETORNO
En la naturaleza hay un principio universal de generación, muerte y regeneración permanente.
El ciclo de la naturaleza es nacimiento, desarrollo, muerte y renacimiento; somos parte de ese orden cósmico y toda la filosofía antigua era una filosofía cosmológica que planteaba la necesidad para el hombre de estar en armonía con el Cosmos.
Pitágoras decía que su enseñanza consistía en “contemplar los cielos” porque, de alguna manera en los cielos, los astros unen el principio con el fin; a diferencia del hombre que no conoce su origen.
El hombre, decía, vive una vida cortada, está separado de sus orígenes, de sus fuentes; el astro, en cambio, une el principio con el fin, y el sabio lo que tiene que hacer es imitar a los astros, unir el principio con el fin, tratando de recordar de donde vino y hacia donde tiene que ir.
El tiempo circular es el tiempo del eterno retorno, una concepción muy extendida en las culturas antiguas.
El eterno retorno es esta estructura circular que asegura que siempre hay desarrollo y muerte para siempre volver al origen, a una nueva creación.
El eterno retorno, por lo tanto, reafirma el carácter inagotable de la vida: la vida nunca se va a disolver, nunca se va a disipar, eternamente regresa en una afirmación infinita, en esta circularidad que siempre vuelve al punto de partida.
Si el tiempo circular es aquello que siempre regresa, es en el fondo, para la concepción arcaica, el poder de la eternidad; aquello que siempre vuelve, que siempre se repite, que siempre es presente. Es el poder creador divino de la realidad.
El ser humano puede quedar atrapado en el tiempo profano, que es el tiempo del desgaste, donde no hay renovación sino deterioro, donde la vida se puede disolver sin trascendencia.
El conocimiento de la verdad es la experiencia del poder de la eternidad. La eternidad es un poder, es una fuerza que está en el corazón de las formas. Esa eternidad es vivencial, no es teórica; vivir el tiempo circular es vivir y volver a ese punto constante de eternidad.
Por Lic. Susana Stacco
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