GURDJIEFF, EL BUSCADOR DE LA VERDAD
Lo que motiva mi búsqueda es cierta insatisfacción. Algo que no está en su sitio. No me llevo bien conmigo mismo. El buscador de la verdad.
El buscador de la verdad.
Esto no lo he inventado yo, no es una proyección; es algo que se ha hecho patente, por ejemplo en forma de pregunta ¿por qué estoy aquí, qué sentido tiene mi presencia en la tierra?
Y desde ese instante ya estoy en estado de búsqueda. Pero en realidad, si intento definir el objeto de mi búsqueda, enseguida estoy en peligro de perder el rumbo.
Gurdjieff era una buscador de la verdad. En su libro sobre los Hombres Notables habla de una Hermandad de Buscadores de la Verdad, de la que él formaba parte, y se puede decir que lo que él procuraba era precisamente hacer de nosotros “buscadores de la verdad”.
Se esforzaba, dando ejemplo él mismo, por despertar en nosotros el sentido mismo de la búsqueda.
Lo que
Gurdjieff nos ha revelado de su vida de buscador es un perpetuo cuestionarse y volverse a cuestionar, no solo al principio, sino hasta el final.
Como “buscador de la verdad”, Gurdjieff supo remontarse a la fuente escondida de la que mana la sabiduría de siempre, y con la fuerza auténtica de su determinación y su poder consciente de adaptación, logró dar a su pensamiento una forma que le permitió expresar y transmitir a los hombres de hoy los principios fundamentales de un conocimiento objetivo.
Gurdjieff nos propone despertar. Su método se basa enteramente en un movimiento interior que el llama “el recuerdo de sí”. Es un acto por el cual vuelvo a tomar contacto conmigo mismo en el instante mismo.
Gurdjieff pensaba que si el hombre está en la Tierra no es por casualidad, que tiene una misión que cumplir. Y esta misión implica ante todo y sobre todo que se reúna consigo mismo, que despierte a sí mismo y sea él mismo lo más posible.
Henri Tracol
Buscador de nacimiento
(La llamada de G.I.Gurdjieff)
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