EN BUSCA DE LA NAVIDAD PERDIDA. Primera parte.
Llega diciembre, termina el año y llega la Navidad. Época de festejo para muchos, y de nostalgia para otros. Las familias se juntan para compartir la mesa navideña, aún cuando en muchos casos es la única mesa que comparten durante el año.
Mesas atestadas de comidas calóricas para inviernos fríos en las calurosas noches del verano austral.
Motivo de conflictos familiares y sociales, consumismo frenético, y dinero quemado en fuegos artificiales para mostrarle al vecino cuán superior somos, y diferentes excesos y expresiones de la decadencia en la que vivimos…
Rituales vacíos, carentes de cualquier significado; ceremonias degradadas, celebradas por sacerdotes con fuertes cuestionamientos morales y festejos ausentes de todo contenido espiritual.
¿Pero cuál es el verdadero significado de la navidad?
¿Cuáles son los orígenes de “las fiestas”?
Por eso es interesante conocer la historia de la Navidad, como así también de los personajes que la componen.
Empezando de este modo con la figura de “Santa” también conocido como Papá Noel, Santa Claus, o San Nicolás.
A San Nicolás se lo considera patrono de marineros, niños, novios, matrimonios, viajeros, conversión de ladrones y familias con dificultades económicas. Su festividad se conmemora el 6 de diciembre.
Una de las tantas leyendas construidas alrededor de este santo y su fama de repartidor de obsequios se basa en una historia, que cuenta que un hombre pobre padre de tres hijas, no podía casarlas por no tener la dote necesaria. Al carecer las muchachas de la dote parecían condenadas a ser “solteronas”. Enterado de esto, Nicolás le entregó, al obtener la edad de casarse, una bolsa llena de monedas de oro a cada una de ellas. Se cuenta que todo esto fue hecho en secreto por el sacerdote quien entraba por una ventana y ponía la bolsa de oro dentro de los calcetines de las niñas, que colgaban sobre la chimenea para secarlos.
San Nicolás de Mira (como se le denomina en Oriente) o San Nicolás de Bari (como se le denomina en Occidente) nació en el año 310 después de Cristo, en un tiempo de persecución, donde la enseñanza de la doctrina de Jesús suponía estar en contra del Imperio Romano. Los padres de Nicolás eran personas adineradas que habían inculcado en su hijo el espíritu de generosidad entre otras virtudes.
Siendo aún muy joven murieron sus padres y él quedó heredero de una inmensa fortuna. Entonces repartió sus riquezas entre los pobres y se fue de monje a un monasterio. Después de visitar Tierra Santa volvió a Turquía y llegó a la ciudad de Mira donde los obispos y sacerdotes estaban en el templo discutiendo a quién deberían elegir como nuevo obispo de la ciudad. Encomendaron el asunto a Dios y dijeron: “elegiremos al próximo sacerdote que entre al templo”. Sin saber esto, en ese momento entró Nicolás y por aclamación de todos fue elegido obispo (por eso el color rojo de su vestimenta). En esos tiempos el emperador decretó una persecución contra los cristianos. A pesar de vivir la feroz persecución, Nicolás no perdía su sentido del humor y su alegría especialmente al hablar con los niños acerca del nacimiento de Jesús en quién ponía toda su esperanza. En una de las persecuciones fue encarcelado por casi 30 años, aún desde la cárcel se sacrificaba y oraba por su Iglesia, a pesar de los soldados romanos que se burlaban de él diciéndole que ya se había acabado la fe en Cristo.
Al convertirse al Cristianismo el emperador de Roma Constantino, el Obispo Nicolás fue liberado. Ya anciano con el pelo largo y la barba blanca, y convencido que era el único creyente que quedaba, regresó a su ciudad dispuesto a empezar otra vez la Iglesia de Cristo. Pero su sorpresa fue grande cuando llegó al lugar y observó la catedral, que había sido reconstruida, y en ella los cristianos entonaban el cántico AdestaeFidelis, ya que estaban celebrando la fiesta de Navidad, por eso la relación de Navidad con la llegada de San Nicolás.
Sin embargo para llegar a la figura que conocemos hoy en día como Santa Claus o Papá Noel han pasado cientos de años, y se cree que esta transformación se inició en el año 1624.
Se cree que fue en el siglo XVII cuando la imagen de Santa Claus llegó a Estados Unidos procedente de Holanda, -país en el que se venera a Sinterklaas o San Nicolás, un personaje que trae regalos a los niños el 5 de diciembre.
Pero es el escritor Washington Irving, en el año 1809, quien deformó el nombre del santo holandés Sinterklaas en la vulgar pronunciación Santa Claus. Este podría considerarse el nacimiento del nombre. Luego el poeta Clement Clarke Moore hizo su aporte en un poema donde habla de Santa Claus como enano y delgado, pero que regala juguetes en vísperas navideñas a los niños y viaja en un trineo tirado por nueve renos incluyendo al líder, Rodolfo.
En 1863 Santa Claus adopta su nueva fisionomía gracias a Thomas Nast, un dibujante que diseñó al personaje para sus tiras navideñas en Harpers Weekly. Sus vestimentas nuevas tendrían influencia de los obispos de antaño y sin relación con San Nicolás de Bari.
La historia y celebración se comenzó a propagar de la mano de Santa Claus, con el personaje gordo, barbón y de rojo tras una ilustración realizada en 1870 por el dibujante alemán-estadounidense Thomas Nast sobre la base de un poema de Clement Moore.
Se cree que su creador se basó en las vestimentas de los obispos de viejas épocas para crear este San Nicolás, que en ese momento ya nada tenía que ver con San Nicolás de Mira.
Santa Claus ha sido utilizado ampliamente como herramienta comercial. A fines del siglo XIX, a partir de un anuncio estadounidense de la Lomen Company, empresa estadounidense del sector frigorífico, quien incorporó la tradición de que Papá Noel vendría del Polo Norte; y se popularizarían completamente los renos navideños como medio de trasporte de Santa Claus.
Pero es en 1930, cuando Coca Cola adquirió los derechos de este objeto viviente y en sus anuncios publicitarios lo comenzó a utilizar.
Hasta esa fecha no hubo una asignación concreta al color de la vestimenta de Santa Claus, siendo el verde uno de los más usados, eso sí, ya existían algunos acercamientos con el rojo. Aprovechando este elemento, los encargados de marketing de la gaseosa aprovecharon la oportunidad para vestir al “Viejito Pascuero” –como se lo conoce en Chile- de color rojo y blanco, tal como lo conocemos hoy.
Por Pablo Y.